Todo esto está a tu alcance.


    Hace meses la ve al lado de la chimenea: es una mujer espigada, ante una luz intensa, con el pelo rojo, con estriadas alas de libélula. A veces, cuando se mueve, vislumbra entre las telas algunas sombras detrás: ha creído reconocer a su mujer, a su bendita madre, incluso al amigo del bar, con su sempiterno periódico bajo el brazo. Pero tiene miedo de ir a su encuentro.

    La mujer utiliza cualquier artimaña para llamarle. Susurra, cacarea, ulula, hay días en los que se impacienta y golpetea con el pie la tarima, otros llega a enfurecerse y le arroja pequeñas cuentas de río. Puede soplar un matasuegras, bailar con un sombrero raro al tiempo que arroja confetis y deshilacha serpentinas, o arrastrarse silbando como serpiente de campo. Esta mañana se entristeció ante su enésima negativa y se puso a sollozar como una chiquilla. Y ayer fue aún peor:  musitando "Ven ven, ven con nosotros, deja ya de sufrir", la mujer se despojó de su túnica y separó las piernas ofreciéndole su sexo abierto como ciruela mordida. 

    Sus promesas de un mundo mejor son tentadoras: le enseña atardeceres ambarinos, le ofrece uvas y martini, le sopla con frescor de brisa de menta o extiende amorosa ante la chimenea una mullida manta de pelo, según sienta calor o frío. "Todo esto está a tu alcance", le anima. Las fuerzas de él comienzan a flaquear. Un día se levanta del sillón y, mientras está entretenida desentonando La traviata, se le encamina despacio con una mueca de derrota y simplemente le tiende la mano. Cruzan. Ella le besa dulcemente en los labios y se desvanece.

    Al otro lado escucha un grito y siente la mano de su propia mujer apretando con fuerza la suya. Abre los ojos aturdido, la ve al pie de su cama de hospital y le cuesta reconocerla, tan desfigurado tiene el rostro por la mezcla de risa histérica y torrente de lágrimas. Se oye, alta y multiplicada, la palabra “enfermera”.

    Por fin ha salido del coma.



De brisa.

Ilustración de Mariana Massarani

Nuestra maestra de primaria estaba hecha de brisa. Y cuando nos contaba un cuento, los niños nos mecíamos como juncos del río.

La jaula.

Ilustración de Mario Segovia


Con cuidado extremo, borró los barrotes. El ruiseñor salió volando del dibujo, se posó en la estantería y le regaló su mejor trino antes de escapar por la ventana.

Micromitos I


- ¡Muchas gracias, mi amor!- le dice Teseo a Ariadna, escondiendo papel y lápiz en el bolsillo para hacerse luego su planito...

Un deseo.


Tiró la moneda al pozo y pensó: "Quiero, ser mayor". La moneda volvió envuelta en un papelito que decía: Tu deseo no vale. Sobra una coma.

Minimiedades. Internacional Microcuentista.


Internacional Microcuentista es una de las mejores (sino la mejor) revistas de la red dedicada al género mínimo. Si os gustan los micros, los nanorrelatos o cualquier tipo de brevedades no deberíais perdérosla.
Esta semana me han hecho el honor de publicar uno de mis micros.¡ Parece que los extraterrestres se me dan bien, y eso que jamás vi ninguno!
Muy ilusionada os invito a que deis un paseo por la revista, y como no, a que leáis mi mínimo. Es tan mínimo, que tardáis más en pinchar que en leerlo AQUÍ. EXTRATERRESTRES. ¡Espero que os guste! 

Marina.



Es medianoche. Llaman a la puerta del viejo farero. Es una sirena que, con ojos implorantes, le extiende papel y lápiz. Y luego un cuento de Andersen que rescató del último naufragio, al que le faltan las páginas finales.

Extraterrestres (II)

(Ganador del concurso "Cuenta 140". Este micro fue publicado en la revista de El Cultural (suplemento de El Mundo) 21-27 de diciembre 2012)


Era tan canijo y feo que me dio lástima. Pero al cogerlo dijo: "Iniciado el trasvase de cuerpos". Y me vi a mí mismo, sonriendo malévolamente.

De agua.


El bebé era un niño de agua y su madre lo dejó al sol mientras tendía la ropa. Los días de lluvia aún mira esperanzada en los charcos.

El método.



Al amanecer, Watson ve huellas bajo el balcón de su hermana. Aplica rigurosamente el método (puntera fina. Ceniza y barro. Talón izquierdo desgastado) y concluye que los zapatos no pueden ser sino de Holmes.

Jueves.

Ilustración de Caru Grossi

Mientras la maestra lee, Pablo se escabulle de la clase. Abre la puerta, entra en el cuento. Y es feliz con su príncipe para siempre jamás.

I'm here.


- I'm here- susurró en su oido el Anglicismo. La pequeña y dulce Palabrita castellana presintió su muerte, y se echó a llorar.

Vampiros



El vampiro se inclinaba hacia ella, mirándola hipnóticamente. Pero con un inesperado giro, la chica se abalanzó a su cuello y de un mordisco lo convirtió en mortal.

Piratas

(El texto también ha sido publicado en la revista de literatura La Esfera Cultural, que desde aquí recomiendo si no la conocéis, el 26 de enero del 2013. )



De niño dibujé con esmero un falso mapa del tesoro y lo escondí en un ladrillo de la chimenea. Aquella tarde, mi hijo lo encontró por casualidad, y se decidió a seguir fielmente sus instrucciones. En la playa, desde la roca con forma de oso, contó los pasos hasta el viejo roble. Giró noventa grados a la derecha y caminó el mismo número de pasos. Viró de nuevo, esta vez hacia la izquierda, y recorrió la mitad de esa distancia. Cogió la pala, excavó en la cruz, desenterró un cofre. En su interior, solamente una botella. En la botella, un viejo pergamino.  Apenas podían leerse las letras, de tan desgastadas por los años. Como yo le había enseñado, esparció un puñado de tierra sobre el viejo papel y sopló cuidadosamente para liberarlo de los restos. Repitió la operación varias veces. Poco a poco, salieron a la luz estas palabras: "Tu padre NUNCA fue un pirata".

Sed.


(Finalista en el concurso "Cuenta 140")

Cuando tiene mucha sed de bondad, Dios se acerca al pozo, arroja el cubo, y extrae el alma líquida de un niño inocente.

Efecto mariposa.



 En la pantalla, bates tus pestañas dulcemente. Y a mil kilómetros de tu gesto, se desencadena un terremoto en mi corazón.

Arena

(Finalista en el concurso "Cuenta 140")

En la playa reconoció sus propias huellas, alejándose con las de su mujer. Pero él jamás había estado allí. Y su mujer había fallecido.

Luna

Ilustración de Rosario Cifuentes

Era tan hermoso su reflejo del pozo, que la Luna se quedó fija en el cielo. Así fue languideciendo. 
En el lugar de su muerte crece un farolillo chino.

Niño prodigio


Poca gente sabe que, de niño, Pierre 

Menard escribió la primera versión de su

"Quijote". Este texto recreaba fielmente una

adaptación de Vicens-Vives.

En plato caliente.




Harta de que no aceptaran su ingreso en el diccionario de la R.A.E., aquella palabrota decidió vengarse saliendo de la boca de un académico.

Un libro.


Estaba leyendo "El Principito", y me creció un baobab en el corazón.

Tocar el Sol


Debajo de la incredulidad. Debajo de la rabia. Debajo de la angustia y de las lágrimas estaba la envidia mordiendo en el corazón de Dédalo.