La jaula.

Ilustración de Mario Segovia


Con cuidado extremo, borró los barrotes. El ruiseñor salió volando del dibujo, se posó en la estantería y le regaló su mejor trino antes de escapar por la ventana.

2 comentarios:

  1. Este escrito es de una imaginación exquisita. Muy complacido de leerte.

    Serge.

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  2. Gracias, Serge. Creo que todos los niños sueñan con eso, coger una goma de borrar y acabar con todo lo que no gusta : ). Un besazo.

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