El desconocido me abordó diciendo que venía del futuro. Según su narración, un 13 de diciembre de 2084, ojeando periódicos antiguos, vio una fotografía mía y de él, cogidos de la mano en una galería. Como no me conocía siquiera, sospechó que algo había hecho mal en la vida, que el Universo le enviaba un mensaje, y construyó una máquina del tiempo para viajar hasta aquel instante exacto en el que nos encontrábamos y pedirme que saliéramos juntos conforme al destino.
Nunca supe si era verdad o se trataba de una bonita historia para conquistarme. Pero accedí y, con los meses, la cosa cuajó y nos casamos. Vivimos felices hasta que el 13 de diciembre de 2084, ojeando periódicos antiguos, Antonio no vio ninguna foto nuestra en una galería. Entonces me dijo que sospechaba que algo habíamos hecho mal, que el Universo le enviaba un mensaje, y partiría a buscarme de nuevo para intentar recomponer nuestras vidas conforme al destino.
Nunca supe si era verdad o se trataba de una bonita historia para conquistarme. Pero accedí y, con los meses, la cosa cuajó y nos casamos. Vivimos felices hasta que el 13 de diciembre de 2084, ojeando periódicos antiguos, Antonio no vio ninguna foto nuestra en una galería. Entonces me dijo que sospechaba que algo habíamos hecho mal, que el Universo le enviaba un mensaje, y partiría a buscarme de nuevo para intentar recomponer nuestras vidas conforme al destino.
Nunca supe si era verdad o se trataba de una bonita historia para abandonarme. A veces sonrío y pienso que, en algún tiempo, Antonio está posando conmigo desde esa galería. Y otras que, en algún lugar, Antonio cuenta a otra incauta la misma estupidez inverosímil.