Pequeñas reformas

Amor, de Mani Annie

Con la edad se encoge, dicen. Y los viejitos usaban ya diez tallas menos. Por comodidad, fueron cambiando la vajilla de la boda por otra con platillos y cubiertos de té. El colchón por una esponja. La mesa por un dado de parchís. Con el transcurrir feliz de muchos años juntos no tuvieron más remedio que mudarse. Pero no a un dedal ni a una cajita de cerillas, sino a una casa más grande. 
En aquella no cabía tanto amor.

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Como algunos sabéis, ayer mi relato "El desafío" fue elegido como finalista mensual en REC. Quería agradeceros de corazón vuestro apoyo y confianza a los que me animasteis, pero no me gustan las entradas puramente informativas. Así que aprovecho para subir este pequeñito, nacido con la única pretensión de resultar un tanto tierno, que ha elegido MUNDO ESCRITURA con otros 40 mínimos que, en 80 palabras, pretendían reivindicar el mundo de las "cosas pequeñas".
Se lo dedico a todos los abuelos que siguen queriéndose después de muchos años ¡ea! Muchísimas gracias, de verdad.


El desafío, ganador en septiembre de REC.

Pues imaginad qué ilusión me ha hecho estar en REC que ni espero a mañana para subirlo a mi blog... ¡espero que mi frase final os resulte motivadora!


EL DESAFÍO

¡Cuánta fuerza y qué poca puntería tuvo el camello, para privarse de agua hasta desinflar sus gibas, para enroscarse el pescuezo, para arrancarse los dientes y retorcerse e introducir en su boca no solo el rabillo piloso sino también, una por una, sus cuatro zancas unguladas, para en esta sufrida posición de contorsionista chino apretarse y fruncirse y plegarse a sí mismo tantas veces doloridas que perdió la cuenta entre estertores, para convertirse en raquítico, en migaja, en miniatura, en pigmeo artiodáctilo, en microscópico átomo de camello exultante y conseguir contra cualquier pronóstico divino inadmisible traspasar de una maldita vez el puñetero ojo de la cerradura!


Tres eran tres, y uno ha ganado.

La INTERNACIONAL MICROCUENTISTA nos propone, para el mes de septiembre, escribir relatos inspirados en esta fotografía de Rosa Delia Guerreo.

A mí me ha sugerido estos tres. Si alguien pasa por aquí hasta puede elegir el mejor... o el peor.

AMAR EL MAR.

     Le llamábamos jocosamente “el Argonauta” porque, viviendo en el interior, había comprado una chalana. Enamorado del mar, cada mañana subía a bordo y fantaseaba con el Caribe. 

     Un camión arrolló su embarcación. Su cuerpo salió despedido para luego precipitarse y sumergirse en el asfalto. Lo vimos hundirse, anquilosado como peso muerto, pero inesperadamente comenzó a bracear y su cabeza boqueando emergió del pavimento. 

      En vano le arrojamos una rueda de repuesto: Antonio estaba ya chapoteando en puro éxtasis, cruzando a crol y mariposa la calzada, buceando maravillado, haciendo volteretas, ajeno incluso a la aleta amenazadora que avanzaba por la avenida.

DESIGNIOS.

    Los hijos de pescadores son huérfanos de nacimiento. Pierden al padre cada día, porque faena, regresa cansado y duerme para poder despertarse antes de que asome el sol. A los hijos de pescadores únicamente los abrazan sus madres, y las nanas que les cantan siempre saben a ausencia. A menudo las barcas zozobran sin dejarles siquiera la espuma de unos cuantos recuerdos celestes.

     Pero los hijos de pescadores cumplen fielmente con un extraño designio salino, y sus mujeres, melancólicas, acaban pariendo solas a otro hijo de pescador. Algunos creen que es la genética. 

       Otros ya saben que es el mar.

LA BARCA.

 —Existe un fascinante fresco copto de Chelias, en el Alto Egipto, que representa una barca en forma de media luna, a bordo de la cual tres personajes se dirigen irremediablemente hacia las fauces de un monstruo antropófago. La figura central mira de frente, iluminada, serena frente al inexorable destino. A ese hombre no lo ha doblegado la muerte, mamá: es un héroe.

   Ella asiente, orgullosa del hijo erudito, pensando que compensaron tantos sacrificios económicos y días de nostalgia aguardando que su marido regresara del mar. Aunque a veces no consiga entenderlo del todo.

      —Entonces… ¿lo encontraron vivo?

      —No, mamita. No.
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Edito para comentar con mucho orgullo que la Internacional Microcuentista, en particular el jurado de este mes Francesc Barberá (a quien agradezco infinito) ha escogido uno de los tres como ganador, que se publicará como mes de Septiembre en el Calendario Microcuentista, un proyecto que me hacía una ilusión tremenda. Y no, no fue el que salió en el blog como preferido, sino "Designios" el que gustó más a Barberá. Estoy muy contenta, mucho, de participar en el calendario. 

Que cuenta cómo d.Quijote hubo de tomar la más difícil decisión de su vida.


Edward John Gregory (1850-1909) Gran Bretaña

     —¡Eh, D. Quijote, asesino! –bramó el caballero, preparándose para el combate.

     —Jamás maté —protestó nuestro hidalgo—, en lo que hasta aquí recuerdo.

    —¡Ridículo espantajo! He visto cómo venerabáis a una altiva dama que ni conocéis. Yo en cambio entregué mi alma a quien siendo más pobre en hacienda al menos poseyó reales virtudes, y también quise disponer mi corazón a su servicio y envejecer a su vera, sin ambición de mayor ventura ni aventura que pasear de su mano por este hermoso valle de Alcudia. ¡Y habéis matado despiadadamente a la única razón de mi existencia!

     En vano negó el de la Mancha: el furioso caballero lo acometía una vez y otra hasta que, arrojándolo a tierra, lo tuvo a merced de su lanza.

    –Y ahora, endiablado bellaco… ¿queréis que dé fin a vuestra vida, o estáis dispuesto a devolverle la suya al amor de la mía?

    –Os digo que no maté —murmuró el maltrecho—. Y que devolver una vida solo ha de estar al alcance de Dios.

   –Pues dudo si es más ardua mi empresa, que persigo que, por amor a su dama, D. Quijote renuncie definitivamente a su sueño —el caballero alzó la visera del yelmo, descubriéndole así por sorpresa el adorado rostro de la sin par Dulcinea–. Devolvedme a mi amor o morid —repitió temblorosa—. Mientras vuestra merced me idolatra, hace tiempo suspiro por D. Alonso Quijano.
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  Este cuentito, con un título más breve, llegó a finalista en "Algún lugar de la Mancha", el concurso organizado por la Asociación para el Desarrollo Sostenible del Valle de Alcudia. Hay más relatos quijotescos AQUÍ. 

  Aprovecho la entrada para pediros disculpas por un silencio tan prolongado, y los posibles pequeños proyectos que abandoné durante este tiempo. Las circunstancias de la vida, por llamarlas de alguna manera, me han mantenido alejada de la red, de la escritura y puede que hasta del mundo. Pero poquito a poco voy recuperando algunas cosas que me gustaban, como los micros, y espero que me acompañen los ánimos y las musas para actualizar más a menudo. Un abrazo a todos. Os debo mil visitas.